MUSICA ALCHEMICA - Bach & Vivaldi

Ficha Artística

MUSIca ALcheMIca

Timoti Fregni y Valerio Losito, violines

Natan Paruzel, viola

Marco Testori, violonchelo*

Andrew Ackerman, violone

Matteo Messori, clave

Jadran Duncumb, tiorba*

Lina Tur Bonet, violín* y directora

[*Solistas]

Programa

Bach & Vivaldi

I

Antonio Vivaldi (1678-1741)

Obertura de La veritá in cimento RV 739 [1720]

Concierto para violonchelo, cuerda y continuo en si menor RV 424 [c.1729]

Allegro non molto – Largo – Allegro

Johann Sebastian Bach (1685-1750)

Concierto para violín, cuerda y continuo en la menor BWV 1041 [c.1717-23/c.1730]

[Sin indicación de tiempo] – Andante – Allegro assai

II

Johann Sebastian Bach

Passacaglia en do menor BWV 582 [c.1708-12; arreglo para cuerdas de Dani Espasa]

Antonio Vivaldi

Concierto para laúd, 2 violines y continuo en re mayor RV 93 [c.1730-31]

Allegro giusto – Largo – Allegro

Concierto para violín, cuerda y continuo en re mayor RV 208 Il grosso mogul [c.1712]

Allegro – Grave recitativo – Allegro

Notas

El programa ofrece un viaje musical entre dos gigantes del Barroco: Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach. Vivaldi trabajó sobre todo en Venecia, pero también fue maestro de capilla en Mantua entre 1718 y 1720, viajó por otras ciudades italianas y salió al extranjero, hasta el punto de morir en Viena. Bach nunca dejó Alemania, pero conoció la música de Vivaldi, lo que marcaría en buena medida su escritura instrumental.

La verità in cimento se estrenó en el veneciano Teatro Sant’Angelo por el carnaval de 1720. Su obertura sigue el modelo típico de sinfonía italiana que el compositor usó para sus obras dramáticas, con secciones rápidas y enérgicas enmarcando un movimiento lento. Desde el primer acorde, Vivaldi marca la intensidad dramática y el virtuosismo instrumental que caracterizan su producción operística, incluida la escritura vocal.

El Concierto para violonchelo en si menor RV 424 muestra la riqueza expresiva del instrumento, aún emergente como solista en la época. El Allegro non molto inicial establece un contraste entre la energía rítmica y la melancolía que expresa el solista (el gusto de Vivaldi por los timbres graves se muestra con generosidad en su producción concertística, no sólo para el violonchelo, sino también para el fagot). El Largo es introspectivo y meditativo, mientras que el último Allegro es un despliegue de brillantez técnica.

Inspirado en los modelos de concerto ritornello de Vivaldi, en el Concierto para violín en la menor Bach transforma el lenguaje italiano en una obra compleja y profunda, por el cuidado que presta a las voces interiores de la composición. El primer movimiento, enérgico y estructurado, es seguido por un Andante en el que el violín canta sutilmente ornamentado sobre un bajo ostinato. El Allegro assai final es un torbellino de ritmos vivaces y giros melódicos, para culminar la pieza con un virtuosismo apasionado.

En la segunda parte del concierto Bach se hace más germánico que nunca con la Passacaglia en do menor BWV 582, una de sus más monumentales y admirables creaciones para órgano, que aquí se presenta en una adaptación para cuerda de Dani Espasa. La obra data de los años de Weimar, un Bach aún joven fuertemente influenciado por las corrientes del stylus phantasticus que desarrollaban los maestros organistas del norte de Alemania. Tanto Buxtehude como Reincken parecen estar detrás de la concepción de una obra como esta. La passacaglia parte de un ostinato de ocho compases sometido a 21 variaciones que culmina una extraordinaria fuga, cuyo sujeto principal es justamente la mitad del ostinato de la propia passacaglia. Virtuosismo compositivo e interpretativo se alimentan aquí mutuamente, en este paroxismo del contrapunto y la ornamentación.

El programa gira luego hacia Vivaldi, primero con una joya camerística, el Concierto para laúd, dos violines y continuo RV 93, una de esas raras obras que Vivaldi prescribió para un conjunto de solistas, con un laúd al lado de dos violines en una forma también algo singular ya que los movimientos extremos combinan el estilo ritornello con el binario: son tiempos dominantemente rítmicos, ligeros y luminosos. Para el Largo central Vivaldi pone en el laúd una de sus melodías más íntimas, sinuosas y serenas.

Pero el recital no se cierra en modo íntimo, sino espectacular, con uno de los conciertos para violín más brillantes y virtuosísticos del veneciano, el conocido como Il grosso mogul, un título que según Michael Talbot, puede responder a Il gran Mogol, una ópera de Domenico Lalli. La obra se ha conservado en tres copias diferentes: en el autógrafo vivaldiano están marcados los lugares en los que se insertarían las cadencias para el solista (que pudo ser el violinista Leonardo Giorgio Pontotti) en los tiempos rápidos, cadencias que por suerte se han conservado en las otras dos copias. Este hecho es extraordinario, pero no excepcional, ya que hay al menos otros once conciertos de Vivaldi de los que se ha conservado alguna cadencia original. En cualquier caso, parece que Il grosso mogul fue ya famoso en su tiempo y circuló por toda Europa. Llegó a las manos de Bach, quien hizo por entonces una versión para órgano solo de la obra que es contemporánea de la gran Passacaglia en do menor y está catalogada como BWV 594. En 1720, la imprenta de Roger en Ámsterdam incluyó el concierto en la edición de la Op.7 del músico (de la que seguramente no avisó a Vivaldi), aunque eliminadas las deslumbrantes cadencias. La obra combina el virtuosismo desbordante con un profundo sentido dramático: los movimientos extremos, en re mayor, resultan enérgicos hasta lo volcánico, especialmente el final, mientras que el central, en si menor, con el solo acompañamiento del continuo, explota la franja más expresiva del violín en un recitativo de corte casi operístico.

© Pablo J. Vayón

Biografía

Lina Tur Bonet, violín y directora

Considerada internacionalmente por su virtuosismo (“Fiery virtuoso”, The Strad; “Verdadera violinista del diablo”, Bayerische Rundfunk; “Superbement joué”, Diapason; “Echte Virtuosin”, Rondo), su musicalidad poco común (“honest and heartfelt music-making”, Gramophone; “la violinista del alma”, Sankei Shinbun), su mezcla de creatividad (“grande habileté à ornamenter, véritable feu d’artifice”, Classica), energía (“Lina shines”, San Diego Tribune) y rigor estilístico (“streng historisierenden Spielweise”, Rondo; “palette de coleurs étendue, une rhétorique finement construite”, Classica), Lina Tur Bonet ha desarrollado una versátil y personal carrera como violinista y directora.

Desde muy joven trabajó en ensembles de primer nivel mundial bajo la batuta de Abbado, Gardiner, Harding, Minkowski, Christie, Currentzis, Gatti, Marriner, Nagano, Biondi, Dantone, Goebel, Egarr o Carmignola y compartió escenario en música de cámara con Zacharias, Pressler, de Figueiredo, Onofri o Kossenko, actuando en Sidney Opera, Lincoln Center, Bunkamura Hall, London Proms o Berliner Philharmonie.

Es concertino de Le Concert des Nations con Jordi Savall y ha liderado Il Complesso Barocco, Liceo de Barcelona, Concerto Köln, Hofkapelle Munich, Orchestre d’Auvergne, la ONE y un largo etc.

Dirige a Tafelmusik Toronto, Barokkanerne Oslo, Orchestre de Chambre Toulouse, Barroca de Sevilla, Festival de Montreal, Jerusalem Baroque Orchestra, Camerata Villa Musica Mainz, Haydn Philharmonie Eisenstadt, Ciudad de Granada y Recreation Styriarte Graz.

Recorre como solista todo el mundo, presentándose en el Wigmore Hall, Concertgebouw Amsterdam, Philharmonie San Petersburgo, Potsdamer Festival, Trigonale Klagenfurt, Bachfest Leipzig, Potsdamer Festspiele, Musashino Hall Tokyo, Israel, NYC, Montreal Baroque, Musikverein, Konzerthaus Wien…

Sus 19 CDs como solista han sido elegidos Best version por la BBC, Referencial para Gramophone, Mejor versión para Radio France Musique y Scherzo, Recomendadas por las radios alemanas, obteniendo varios Diapason d’Or, E de Scherzo, R de Ritmo y Melómano de Oro, Choc de Classica, Joker de Crescendo, 5* Rondó, 10 Luister, nominaciones para los Opus Klassik y los ICMA. Su grabación de Ravel fue Mejor CD del año en Japón.

Recupera música inédita, incluso de Vivaldi, Pisendel y Boccherini. José Mª Sánchez Verdú, Mauricio Sotelo y Josep Mª Guix han escrito para ella. Interpreta obras para violín y orquesta del barroco y de Mozart, Beethoven, Mendelssohn, Brahms, Chausson, Ravel, Bartok y Piazzolla.

Es catedrática de Violín y Viola barrocos en la MHS Franz Liszt Weimar.

MUSIca ALcheMIca

“Semblant élaborer le discours dans l’exaltation de l’instant, MUSIca ALcheMIca porte son nom à merveille: Tur Bonet et ses partenaires inventent et déploient une palette inouïe de couleurs, de dynamiques souples ou percutantes” (Diapason)

Lina Tur Bonet es fundadora y directora de la agrupación MUSIca ALcheMIca, nacida durante su estancia en Viena. Debutó en Vila Musica Mainz y en el Festival de Potsdam con la ópera Alessandro de Handel, dirigida por Alan Curtis.

El grupo, reconocido internacionalmente gracias a sus premiadas grabaciones, nace de la idea de interpretar músicas de todos los tiempos, así como abordar proyectos multidisciplinares y pedagógicos. Su actividad se reparte entre Europa, América y Asia y cuenta entre sus filas con grandes intérpretes internacionales, siendo un verdadero grupo de solistas.

MUSIca AlcheMIca ha actuado en Musashino Hall Tokyo, Potsdamer Festspiele, Early Music San Petersburgo, Innsbrucker Festwochen, Bach Biennale Weimar, Palazzo di Spagna Roma, Cappella dei Turchini Nápoles, Instituto Cervantes de Palermo, Teatro Cervantes Londres, Brecize Festival, Brunnenthal Festival, Sala de la ORF de Viena, Kartause Mauerbach, Festival de Chiquitos en Bolivia y en los Festivales de Música Antigua de Santiago de Chile, Lima y Panamá. En España, en el Auditorio Nacional, Pórtico de Zamora, Fundación Juan March, FIAS Madrid, Música Antigua de Álava, Teatro Carlos III El Escorial, FeMAP, Festival de Mahón y en los Auditorios de Valladolid, Zaragoza, Tenerife y Castellón.

Ha grabado música de Legrenzi, Biber, Bach y Haendel para la radio austríaca ORF; en vivo para RTVE y la NHK japonesa, retransmitida mundialmente. Sus registros discográficos incluyen seis premiados CDs para Pan Classics y cuatro para Glossa, recibiendo el Diapason d’Or en dos ocasiones.

En su vertiente multidisciplinar MUSIca ALcheMIca ha colaborado con el poeta Antonio Colinas en La Tumba negra, con el artista Ángel Haro en Follia en residencia artística del Centro Párraga y actúa en importantes museos y espacios culturales como el MuVIM, el Matadero de Madrid o el MACE, integrando técnicas audiovisuales con su música, en colaboración con videoartistas, pintores, cineastas, actores, orfebres y marionetas. También en proyectos educacionales internacionales en Panamá y Bolivia, impartiendo clases magistrales y compartiendo escenario con jóvenes músicos.

Los vídeos de MUSIca ALcheMIca gozan de gran aprecio por su carácter artístico e innovador. El de la Follia de Corelli fue presentado en Roma, Londres y RTVE con gran éxito, así como otro realizado en Viena con el productor Michael Seeber con la Sonata a Kreutzer de Beethoven.

Imágenes