Plaza de la Magdalena

Nombre: Plaza de la Magdalena

Tipo: Plaza ajardinada

Distrito: Casco Antiguo

CP: 41001

Situación: entre las calles O´Donnell, José de Velilla, Rioja, Méndez Nüñez, San Pablo, Pedro Campaña, Murillo y  Josefa Reina Puerto

Acceso: líneas 40, 41, 43, C5 y B5

Superficie: 1045 m²

Descripción:

Esta denominación es antigua, probablemente de la época en que se construye la primitiva iglesia de la Magdalena (siglos XIII-XIV). Ya en la segunda mitad el siglo XV se le llama plaza de la Iglesia. En 1866 toma el nombre de plaza del Pacífico con motivo de la campaña que la escuadra española realiza en aquellas aguas. Desde 1928 hasta 1931 fue plaza del Cristo del Calvario, imagen venerada en la cercana iglesia de la Magdalena, recibiendo nuevamente el nombre de plaza del Pacífico. En 1936 lleva el de Plaza del General Franco, para volver en 1980 al actual que había perdurado en el habla popular.

Ya en el plano de Olavide (s. XVIII), se aprecia la existencia de una iglesia que aparece rodeada de espacios libres de edificación, entre los que llama la atención por su forma y tamaño el existente entre ella y el llamado Seminario de Niñas Huérfanas que se extendía hacia el Sur y donde se instalaría una fuente surtida con agua procedente de los Caños de Carmona. Con el gobierno de José Bonaparte se decide aprovechar esta configuración para, derribando la iglesia, crear una moderna plaza pública. Tras la expulsión de los franceses se piensa en reconstruir la iglesia con lo que parece peligrar la plaza, que se salva a costa de volver a derribar (1842) lo construido de la iglesia para ubicar la parroquia en la vecina iglesia del que fuera convento dominico de San Pablo.

En 1844, tras una serie de demoliciones y ensanches, se inaugura la plaza según proyecto de J. Manuel Caballero. Éste recoge una fórmula tradicional en torno a una fuente reconstruida con piezas de diversa época y procedencia, con un espacio elíptico adornado con bancos y doble hilera de naranjos situados a modo de festón, dando paso con ello a la creación definitiva de la que había de ser una de las plazas tradicionales de la ciudad. Esta clásica composición del diecinueve se modificaría en 1882, creándose aceras a su alrededor  y sustituyendo los naranjos por palmeras y eliminando unos populares puestos de agua que le daban singular carácter.

En 1968 volvería a ser reformada, esta vez bajo la dirección del arquitecto municipal Luis Recasens, restaurándose la fuente y el pavimento y modificándose las zonas ajardinadas para facilitar el tránsito peatonal en una plaza que pasaba a convertirse en centro comercial de primera magnitud con la construcción de grandes almacenes en un edificio próximo. Entonces todavía las palmeras (Phoenix dactylifera) constituían, con los naranjos, su principal ajardinamiento.

Con el ensanche del antiguo callejón de los pobres a finales de los setenta, convertido hoy en calle -casi plaza- de Josefa Reina Puerto, la plaza aparece ahora sin la edificación que la delimitaba por su lado Norte, produciéndose una relativamente extraña prolongación visual  tamizada por la espesura de las acacias que allí se han plantado. Debe por último hacerse mención del edificio situado en la esquina con la calle San Pablo, construido en 1938 y uno de los primeros ejemplos del racionalismo sevillano, conocido popularmente en su época como “cabo persianas”.

La jardinería que hoy presenta la plaza, en torno a su fuente, es bien sencilla y incitaría a considerarla más bien como plaza arbolada que como ajardinada, si no fuera por la presencia de setos y algunas trepadoras. Los setos, formando escuadras, enmarcan en el centro la fuente, mientras que otros recorren perimetralmente sólo los lados Este y Oeste y  separan la zona de estancia del área destinada al tráfico rodado, presentando aberturas en sus puntos medios que permiten el acceso al núcleo central. Todos ellos son de granado enano (Punica granatum var. nana). Hay también  trepadoras como buganvillas (Bougainvillea spectabilis) y algún jazmín del cabo (Tecomaria capensis) que se aferran a los restos de los troncos de las palmeras taladas. Por lo demás el ajardinamiento consiste en una alineación perimetral de naranjos (Citrus aurantium var. amara) que se interrumpe también en los puntos medios de los cuatro lados para dejar que parejas de jóvenes magnolios (Magnolia grandiflora) flanqueen los accesos a un recinto pavimentado con una clásica combinación de losa de Tarifa y enchinado, que desaparece en los extremos norte y sur para que una convencional acera de losetas de hormigón constituya así su pavimento. Unos cuantos bancos de fundición moderna distribuidos simétricamente completan la sencilla composición de esta plaza que tiene frente a ella por su costado norte la dedicada a Josefa Reina Puerto.