78.-Panteón de Manolo González
C/ San Teófilo, izquierda, 1
El proyecto y la construcción definitiva del panteón es obra de los arquitectos D. Antonio Julio Herrero Elordi y D. Rafael Casado Martínez, en colaboración con D. Juan Suárez Ávila, quien ejecutaría los diseños primitivos de la decoración del panteón, y D. Miguel García Delgado (GAE) quien sería el encargado de realizar la escultura y los bajorrelieves de bronce. Según consta en la descripción general del proyecto de ejecución del panteón, éste “ocupa 16 m2, un cuadrado de 4,00 metros de lado. Se dispone un foso para 9 nichos que tiene acceso desde una losa removible, en el frente oeste del mausoleo. Sobre el pavimento de albero se levanta un zócalo de bronce con una inscripción latina en letras clásicas, según texto religioso litúrgico. Una plataforma de granito gris abujardado sirve de apoyo al mausoleo que consta de dos estelas, bajorrelieves de bronce, apoyadas sobre dos muros de piedra crema. Unas lápidas de mármol blanco se disponen horizontalmente sirviendo de apoyo al capote y zapatillas del torero. Seis hachones ornamentales con ramas de olivo velan la tumba”. Se especifica en el proyecto que cada bajorrelieve tiene las dimensiones de 1,92 x 0,92 metros y que el mármol empleado sería de Carrara.
Planimetría Panteón Manolo González
Este proyecto definitivo tendrá variantes como se puede apreciar en el propio análisis del panteón, y es que se suprimen la inscripción latina que habría de ocupar el zócalo de bronce, también se hace lo mismo con los hachones ornamentales con las ramas de olivo, y en cambio se añade la escultura del niño desnudo con el estoque, y en la naturaleza muerta se le suma al capote y las zapatillas, la funda del estoque y las partituras del pasodoble dedicado a Manolo González.
Vista general panteón Manolo González
El complejo programa iconográfico que presenta el panteón está cargado de simbología alusiva a la vida y la muerte y a la figura del propio Manolo González, pero despojado de su profesión para ser tratado en la naturalidad de su vida privada. Para entender al completo dicho programa la entrada del panteón se sitúa en el lado opuesto a la avenida principal del Cementerio, lo que obliga al espectador a circundar por completo dicho mausoleo. En la menciona entrada, y situado en el ángulo derecho de la plataforma, junto a la puerta de acceso a la cripta aparece la figura de un niño desnudo que porta en su mano izquierda un estoque que clava sobre un dodecaedro, mientras su otra mano señala al cielo. Figura de representación naturalista, donde usa como modelo a uno de los nietos del torero, que simboliza la vida y la muerte, enfatizada por el significado del poliedro que no es otro que la vida misma, y la dirección del dedo de la mano derecha que se dirige al cielo acompañado de la mirada, cerrando así el ciclo de la vida que empieza y se acaba. Además la complejidad del rostro del niño, que presenta una enigmática sonrisa impropia de un niño, otorga aún mayor significado a la escultura, ya que dicho gesto alude a la pérdida de la inocencia ante la muerte. Justo en el lado opuesto y en la cara más visible para el visitante, aparece un bodegón de naturaleza muerta que recuerda a la profesión del finado. Está compuesto por un capote que cae desde la plataforma horizontal, en suaves pliegues, composición ésta diseñada por D. Juan Suárez junto con la ayuda magistral de Dña. Carmen Laffón que es la que le da la impronta final. A los pies se sitúan, de izquierda a derecha, las zapatillas del torero, la funda del estoque que porta el niño y las partituras del pasodoble dedicado a Manolo González. Como elemento simbólico de dicha profesión aparecen a los lados del bodegón las fechas de alternativa y de retirada del torero.
Detalles panteón Manolo González
A los laterales se sitúan los bajorrelieves de bronce anteriormente citados y que cierran el programa iconográfico del panteón. En origen la temática giraba entorno a la tauromaquía pero posteriormente se decidió sustituir por los temas actuales, cargados de simbología. El primero que vamos a tratar es el que ocupa el lado derecho del panteón y que aparece tras el niño. En él se representa al propio Manolo González recostado en un sofá, con el torso desnudo y cubierto el resto del cuerpo por una toalla, fumando y en compañía de su pastor alemán. Se le representa cual Patricio Romano, típico de la Antigüedad. El significado al que alude dicho relieve es su vida privada, su ser natural dentro de su intimidad.
Relieve lateral panteón Manolo González
Al lado opuesto nos encontramos con un relieve de Vanitas, cuya simbología es máxima. Según el profesor Luque Teruel, en dicho relieve están representadas la viuda de Manolo González, Dña. Socorro Sánchez-Dalp y Leguina, concentrada en su dolor, que se enfrenta a las Parcas. Sobre una mesa aparece un bodegón que centra la composición compuesto por dulces típicos sevillanos, identificados como torrijas y pestiños, pero en el que nosotros hemos querido ver la representación de los mantecados típicos de las fiestas de Navidad, fecha del fallecimiento del torero, y que aparecerían representados como alusión a ésta. En el mismo bodegón aparece un candelabro con una vela encendida, y que sirve como división entre las figuras femeninas, separando a las Parcas de la viuda. El fuego alude a la vida que reclaman y quieren cortar las Parcas. Éstas eran hilanderas y que como tales cortaban los hilos, por ello portan en sus manos tijeras y bobinas de hilo. Estos elementos son una clara alusión a la muerte, ya que el hilo es la representación simbólica de la vida y las tijeras la de la muerte que la corta. Para la representación de las cuatro figuras femeninas se tomaron modelos del natural, y que representados los volúmenes con soluciones pictóricas, centran la atención en la simbología más que en el naturalismo de la escena.
Relieve lateral panteón Manolo González
Para concluir con la carga simbólica del programa iconográfico del panteón, se colocan sendas inscripciones bajo los relieves de bronce. Éstas están tomadas de unos versos de D. Jacobo Cortines y que dicen así:
(Bajo la Vanitas)
“¡Oh tenso instante!
¡Oh delicado esfuerzo!
¡Oh sabia precisión tan deseada!”
(Bajo Manolo González)
“¡Oh feliz abandono de la lucha,
vencida ya la muerte en el reposo!”
El Ayuntamiento de la ciudad de Sevilla, concede a Dña. Socorro Sánchez-Dalp y Leguina e hijos 16 m2, para la construcción de un panteón, a fecha de 27 de octubre de 1989.
D. Manuel González Cabello nace en Sevilla el 7 de diciembre de 1929. Desde joven sintió afición por los toros que le llevó a orientar su carrera profesional a dicho mundo. En 1945 lidiaría su primera novillada en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, dando comienzo oficialmente a su carrera, cuyos triunfos pronto le llevarían a la plaza madrileña de Las Ventas en 1946. En 1948 tomaría la alternativa en la Maestranza de Sevilla, siendo apadrinado por Pepe Luis Vázquez y asistiendo como testigo Manuel Navarro Salido, con reses de la ganadería de D. Clemente Tassara. Ese mismo año confirmó la alternativa en Las Ventas de Madrid, siendo apadrinado en esta ocasión por Antonio Bienvenida y como testigo Pepe Luis Vázquez. Desde entonces su carrera despuntó por España e Hispanoamérica, y aunque ésta fue de corta duración, dejó un buen recuerdo en la memoria de los aficionados. Estando en su mejor momento decidió retirarse de los ruedos en 1953, para dedicarse a negocios relacionados con el toro. En 1960, y debido a la añoranza de los triunfos, volvió a vestirse de luces para retirarse definitivamente en 1961, siendo su última corrida en las arenas de la plaza de Barcelona.
Tras su retirada, Manolo González no se desvinculó del mundo taurino, ya que compró a los hermanos Núñez la ganadería de D. Juan Gallardo, convirtiéndola en “Manolo González y González Sánchez-Dalp” y apoderando a jóvenes toreros.
Manolo González estaba casado con Dña. Socorro Sánchez-Dalp y Leguina, de cuyo matrimonio nacieron seis hijos, tres de los cuales se harían cargo de la ganadería de reses bravas al fallecimiento de su padre acaecido en Sevilla el 25 de diciembre de 1987.
Manolo González fue inhumado en el Cementerio de San Fernando de Sevilla en una sepultura de tierra de la calle Virgen del Rosario desde donde fue trasladado a su panteón definitivo en enero de 2002.