55.-Panteón de D. Juan Vázquez
C/ Fe, izquierda, 59
El panteón que nos ocupa presenta una disposición a modo de cripta, en la que todos los enterramientos ocupan un espacio bajo tierra y a la que se accede por una escalera tras una trampilla. Desconocemos la configuración que tendrá internamente dicha cripta. Como decoración presenta un magnífico Cristo Yacente realizado en mármol, obra de D. Manuel Delgado Brackembury de 1930, y dentro de la línea de la producción escultórica del clasicismo, como se aprecia en el tratamiento de los paños y de los cabellos, pero sin olvidar tintes naturalistas que imperaban en esta época en Sevilla, siguiendo la tradición emanada de la imaginería tan arraigada en la ciudad desde épocas barrocas, como puede apreciarse en el tratamiento anatómico. Cristo aparece colocado sobre un lecho el cual aparece cubierto con un gran paño que cae en ligeros pliegues en el suelo, reposando su cabeza sobre un cojín mullido que se adapta a la anatomía de la misma. El cuerpo de Cristo aparece en posición de cúbito supino con la cabeza girada hacia la derecha en cuyo rostro pueden apreciarse los signos de la muerte aunque con gesto tranquilo y sereno, como si en lugar de haber sufrido tan cruenta muerte estuviera dormido. La anatomía muestra el rigor cadavérico propio de una persona fallecida, que puede apreciarse en la flexión de las rodillas, tal y como las tendría en la cruz en el momento de la muerte. Su torso aparece distendido por la falta de aire y la última exhalación en el momento de la expiración. Los brazos aparecen caídos a los lados del cuerpo con las palmas hacia arriba y mostrando sus manos cerradas signos tanto de las heridas producidas en los tendones por los clavos como de la misma rigidez del cadáver. El cuerpo de Cristo presenta un buen estudio anatómico tanto en la musculatura de los brazos y las piernas, así como en las costillas, levemente marcadas, las rodillas y los pies en los que se deja entrever la estructura ósea del cuerpo. El tratamiento de esta rigidez cadavérica se realiza desde un punto de vista sutil, sin mostrar la crueldad de la muerte que sufrió. El paño de pureza que presenta cubriendo sus caderas utiliza las técnicas de los “paños mojados” propias del clasicismo, que adhieren las telas al cuerpo para seguir marcando la anatomía.
Vista general del Cristo Yacente del panteón Juan Vázquez
Detalle de la cabeza de Cristo panteón Juan Vázquez
Vista frontal del Cristo Yacente panteón Juan Vázquez
D. Manuel Delgado Brackembury vendría a nacer en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan en 1882. Habiendo hecho carrera militar, desde joven fue un apasionado de las artes, en concreto de la escultura, iniciándose en ella de mano de geniales escultores como D. Mariano Benlliure y D. Lorenzo Coullaut Valera, ambos presentes en la ciudad de Sevilla. Su estilo se enmarca dentro de la producción academicista e historicista, con ciertos rasgos modernistas. Aunque su obra es escasa o poco estudiada hemos de vincular su figura con los trabajos escultóricos realizados en torno a la Exposición Iberoamericana de 1929, marco en el que ganó el primer concurso para la decoración del Palacio de Bellas Artes, realizando los grupos de La Ciencia y el Trabajo en la Glorieta de Covadonga, y las figuras alegóricas de la Cerámica, la Escultura, la Arquitectura y la Historia, que finalizó en 1919. También fue elegido en el concurso para la ornamentación de la Plaza de América, esculpiendo en piedra cinco Victorias aladas, cuya composición recuerda bastante a las figuras de la Fuente de las Cuatro Estaciones. En 1917 se le encarga la Fuente de los Leones situada en el Parque de María Luisa y en 1924 es uno de los escultores que trabajan en el conjunto de la Plaza de los Conquistadores, correspondiéndole la ejecución de Hernán Cortés y Rodrigo de Triana. Entre 1928 y 1929 trabaja en sus dos obras más famosas, la Fuente de Híspalis en la Puerta de Jerez y la Fuente de las Cuatro Estaciones, en la intersección entre la calle San Fernando y el Prado de San Sebastián en el mismo lugar donde estuvo la Pasarela de hierro que se usaba como portada fija de la Feria. En dicha fuente se plasma las líneas generales en las que se movió su producción artística siendo estas el sentido clasicista propio del academicismo, el gusto por lo anecdótico, el historicismo en cuanto al recurso de elementos y las formas barrocas en la ornamentación, el modernismo en el tratamiento naturalista, más que realista, o la figuración. Merece ser reseñada su labor como restaurador, pues a instancias de Marqués de la Granja, intervino en la escultura gótica de Nuestra Señora de la Hiniesta Gloriosa, despojándola de los añadidos que le habían sido aplicados con el fin de transformarla en imagen de vestir. D. Manuel Delgado Brackembury fallecería en Sevilla en 1941.
La concesión del terreno para la elaboración de este panteón data del 27 de julio de 1927, otorgada por el Ayuntamiento a D. Juan Vázquez de Pablo. Al fallecimiento de éste, dicha concesión pasará por herencia a su hermano D. Ignacio José Vázquez de Pablo en 1944.
Pertenecientes a una familia de tradición ganadera de reses bravas, ambos eran hijos de D. Juan Vázquez Rodríguez el cual también habría seguido con la actividad familiar que iniciara su padre de D. Ignacio Vázquez Gutiérrez, el cual era uno de los más grandes labradores sevillanos de la época, y tendría una ganadería extensa vacuna sin mencionar en ningún momento que se dedicara al toro de lidia, como si hiciera su hijo Juan, ganaría la cual aparece recogida en los carteles de toros de Madrid y Sevilla hacia 1887. D. Juan Vázquez Rodríguez poseía también numerosas hectáreas de tierra repartidas entre Guillena y Aznalcázar, y de su actividad agraria tenemos constancia a partir de la descripción de bienes realizada a la muerte de su esposa Dña. Amparo de Pablo Llorente, acaecida en 1880.
El matrimonio formado por D. Juan y Dña. Amparo, tuvo además de los ya citados, una tercera hija, Dña. Mª Amparo Vázquez de Pablo, quien por enlace matrimonial con D. Roberto Osborne y Guezala, también continuaría con el legado ganadero. Éste además era fundador de la empresa “Conservas Sur” y al cierre de esta marcharía a Sevilla donde se embarcaría en la aventura empresarial de “La Cruz del Campo”, fábrica de cervezas ya iniciada por su hermano y heredada por sus hijos.
D. Juan Vázquez de Pablo, en su actividad para con la ciudad de Sevilla, tendría relación con la Archicofradía Sacramental de Pasión, de la que ejercería como Hermano Mayor de la corporación entre 1940 y 1944. En relación a la mencionada hermandad encontramos a D. Miguel Bermudo Barrera, quien se encuentra inhumado en el panteón que nos ocupa, siendo éste el único nexo de unión que hemos establecido entre ambos personajes. D. Miguel Bermudo sería Teniente Hermano Mayor de la Hermandad de Pasión en 1937, y Hermano Mayor de la misma entre 1953 y 1959. Fue también promotor junto a otros cofrades de la creación de una comisión para defender los intereses de las Hermandades durante la Segunda República, esto sería los antecedentes del actual Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla. Hemos de destacar la vida política que tuvo siendo en 1930 Delegado de Festejos del Ayuntamiento hispalense, año en que sería impulsor del traslado de la Feria de Abril desde el Prado de San Sebastián al recinto de la Exposición Iberoamericana. Además ejerció como Secretario General de Acción Popular en 1933.
En el panteón nos encontramos inhumados a los dos concesionarios, D. Juan Vázquez de Pablo y D. Ignacio José Vázquez de Pablo, sus esposas y los hijos de D. Ignacio, una hermana de los citados concesionarios, así como D. Miguel Bermudo Barrera. Otros miembros de la familia aparecen inhumados en el panteón de D. Roberto Osborne, el panteón de la Sacramental del Sagrario, el panteón de Dña. Mª Teresa Laffitte Vázquez, el panteón de D. Rafael Laffitte y el panteón de Dña. Juana Taravillo Canaleta.