El Parque Guadaíra acoge un monolito en homenaje a los presos republicanos de ‘El Colector’ que fueron forzados a participar en diferentes obras públicas de la ciudad
El Parque Guadaíra acogerá el monumento a los prisioneros republicanos que fueron concentrados en Heliópolis en el espacio entonces conocido como ‘El Colector’. Fue éste el primero de los siete campos de concentración que se distribuyeron en la ciudad, y estableció un modelo que se exportó a otros puntos de la geografía española. Durante su actividad, esta instalación llegó a confinar hasta 250 reclusos que eran destinados a trabajos forzados, como la canalización externa del Río Guadalquivir de las aguas residuales y las lluvias de Heliópolis y La Palmera, corrigiendo las deficiencias de la urbanización de estos espacios en el año 1929.
Este monolito es también un recuerdo de los trabajos que tuvieron que desarrollar los reclusos, como fue el propio campo y esa primera obra de la que fue beneficiaria el Ayuntamiento de Sevilla, que adjudicó los respectivos contratos a la empresa Entrecanales y Távora, según documento que permanece en el Archivo Municipal. La historia recoge cómo este espacio llegó a convertirse en la Prisión Habilitada de Heliópolis, que llegó a tener una capacidad de 900 presos procedentes en su mayoría de campos de concentración como el de Sanlúcar la Mayor, y en la que se recluían a presos de Levante y Catalunya.
La colocación de este homenaje ha sido una iniciativa que reclamaban entidades y colectivos como CGT y en la que ha colaborado el Ayuntamiento de Sevilla. En el acto ha participado la teniente de alcalde Carmen Castreño, quien afirmó que la inauguración de este monolito corresponde a una “demanda histórica” de colectivos y entidades que reclamaban “un recuerdo para aquellas personas a las que cercenaron su libertad por sus ideales democráticos, y que pagaron con su vida y con su sufrimiento la construcción de espacios públicos que hoy son fundamentales para la ciudad”. Por ese motivo, el Ayuntamiento de Sevilla pretende devolver “el honor y el reconocimiento al dolor en un espacio de la Memoria Histórica de este país como es justo y necesario”.