Rotulada la calle Ana Orantes junto a la Plaza Pedro Zerolo, en el entorno de la Alameda de Hércules
Asociaciones, entidades y familiares participan en el recuerdo a esta víctima de la violencia machista cuyo testimonio en televisión contribuyó al cambio de la perspectiva social, legal y judicial de la violencia machista en España.
El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, junto a su hijo, Francisco Orantes, y el presidente de la Asociación de Hombres por la Igualdad, Miguel Garrido, así como representantes de otros grupos municipales, han asistido este sábado al acto de rotulación de la calle Ana Orantes. La vía se encuentra en el Casco Histórico, junto a la Plaza Pedro Zerolo y la Alameda de Hércules. Esta rotulación ha sido promovida por la Asociación Hombres por la Igualdad de Sevilla en el seno del Pleno del Distrito Casco Antiguo y aprobada en el Pleno Municipal ordinario del pasado 25 de febrero.
Esta iniciativa pretende conservar la memoria de una víctima cuyo testimonio en televisión, dos semanas antes de su asesinato a manos del hombre con el que convivía, sacó la violencia machista del ámbito doméstico para convertirla en un asunto de interés público e impulsó el cambio de la legislación, la judicatura y la perspectiva que se mantenía sobre estos asesinatos hasta ese momento.
“Hace 21 años, la sociedad le falló a Ana Orantes. Ella fue ejemplo de las víctimas de una violencia machista y salvaje que tenían que salir a la calle a decir basta ya. Lo denunció ante todos y ante todas, pero no fuimos capaces de dar la respuesta que teníamos que dar. 21 años después tenemos que conseguir dar una respuesta definitiva a este drama que nos duele en el pecho y en el corazón”, según ha destacado el alcalde Juan Espadas.
Ana Orantes contrajo matrimonio con su entonces pareja, José Parejo, en 1956, y tuvo 11 hijos de los que murieron 3 por causas naturales. Los restantes testificaron en la causa judicial los continuos malos tratos del padre hacia su madre y los abusos hacia ellos mismos, que provocaron la precipitada salida de muchos de ellos del domicilio familiar, como fue el caso de la segunda hija, de nombre Ana, que se casó con tan sólo 14 años. Las continuas situaciones de maltrato provocaron diferentes denuncias e intentos de separación a partir de los 80.
Después de la aprobación de la Ley del Divorcio, Orantes llevó a tribunales la situación, donde se decidió la separación legal de la pareja en 1996 aunque se permitió que compartiesen la propiedad, repartiéndose las dos plantas del inmueble. La mujer y sus hijos trataron en varias ocasiones de adquirir la titularidad de la planta baja de su marido a través de diferentes ofertas de compra que no aceptó.
En 1997 decidió manifestar su testimonio en un programa televisivo andaluz durante una comparecencia de 35 minutos en los que detalló agresiones así como intento de abusos de los hijos de la pareja. Trece días después, cuando Parejo volvía de recoger una nueva denuncia, se encontró con Ana Orantes en el jardín común de la vivienda que compartían, donde acabó con su vida.