El gobierno municipal eleva al Pleno el Plan Director de Patrimonio para la gestión de 130 edificios y bienes del Ayuntamiento que programa de aquí a 2025 inversiones de 70 millones y que prioriza los usos socioculturales, culturales, de industrias creativas, museísticos o docentes
Fija un cronograma de actuaciones a ocho años vista (2030), con una primera fase hasta 2025. Aporta una diagnosis del estado de este patrimonio y unas propuestas de acciones necesarias para su protección, conservación, restauración, documentación, investigación, difusión, accesibilidad y desarrollo sostenible en el tiempo. “Es un documento riguroso, ambicioso, innovador, viable y detallado y ejemplo de la importancia que este gobierno confiere al patrimonio, a su restauración y puesta en valor”, destaca el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz.
El gobierno municipal, por iniciativa de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente en coordinación con el Área de Patrimonio, eleva mañana a Pleno para su aprobación definitiva el Plan Director de Patrimonio que establece la estrategia a seguir para una gestión inteligente y sostenible de 130 edificios y bienes del Ayuntamiento de Sevilla y que se ha elaborado de la mano de la Universidad de Sevilla. Su objetivo es lograr un adecuado conocimiento y diagnóstico, divulgación, conservación y aprovechamiento de los mismos, marcando, además, un cronograma de aquí al año 2030 en cuanto a las prioridades de intervención patrimonial.
“Se trata de un plan sin precedentes en Sevilla. Es un documento riguroso, ambicioso, innovador, viable y detallado y ejemplo de la importancia que este gobierno confiere al patrimonio, a su restauración y puesta en valor y nos reafirma en que somos el gobierno con mayor inversión en conservación del patrimonio municipal, con actuaciones en marcha de aquí a 2025 por valor de 70 millones de euros”, ha explicado el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz. “Confiamos en un amplio respaldo político para este ambicioso plan que os marca una hoja de ruta hasta 2030”, según ha agregado.
A los 115 inicialmente previstos en el documento fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento y la Universidad de Sevilla, se han agregado otros 15 durante el periodo de exposición pública y alegaciones. El plan es una hoja de ruta, con una visión global, de las actuaciones que deben llevarse a cabo, con coherencia, en un conjunto patrimonial diverso como el que nos ocupa: 130 bienes arquitectónicos (edificios, sitios y yacimientos arqueológicos). Este documento es, en definitiva, una estrategia para la gestión inteligente y sostenible de los bienes inmuebles del patrimonio municipal.
Se trata de la primera vez que desde el Ayuntamiento de Sevilla se aborda la realización de un documento como éste, que surge del convencimiento de ir más allá de la protección general del patrimonio que reconocen los instrumentos jurídicos ya consolidados, promoviendo un nuevo modelo de gestión integral que permita reintegrar plenamente el patrimonio en la ciudad contemporánea. Este trabajo fue encargado a la Fundación para la Investigación de la Universidad de Sevilla, compuesta por un equipo de profesores e investigadores de la Universidad hispalense junto con colaboradores del ámbito universitario, y ha estado dirigido desde la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente.
Entre los inmuebles que integran esta lista se encuentran elementos y yacimientos arqueológicos (como las cisternas de la Plaza de la Pescadería, el Antiquarium o las columnas de la calle Mármoles y de la Alameda de Hércules), de origen islámico (como los Caños de Carmona, los antiguos alcázares de la Buhaira, los baños de la Reina Mora, los restos del Castillo de San Jorge, los lienzos de muralla junto con sus torres y puertas), conventos, monasterios e iglesias de origen medieval o de la Edad Moderna (como el convento cuartel del Carmen, convento de Santa Clara, Monasterio de San Jerónimo de Buena Vista, convento de San Agustín, Monasterio de San Clemente o la Iglesia de San Laureano), templetes ejemplo de la tradición y religiosidad popular (como los de San Onofre y de la Cruz del Campo), palacios o casas representativas (como la Casa de los Pinelo, la de las Columnas, la de las Sirenas, la de Fabiola, los palacios del Pumarejo y de los Marqueses de La Algaba, la casa de Luis Cernuda y la casa Mallén), teatros (como los del Lope de Vega y la Alameda), edificios propios de la arquitectura industrial a partir del siglo XVI (como la Fundición Real y antiguas hornazas de la Casa de la Moneda, la Real Fábrica de Artillería, la Fábrica de Vidrio de la Trinidad, el Centro de Cerámica de Triana, las naves del taller de RENFE en San Jerónimo, la nave Singer, la nave de la calle Campamento, el silo de la Cruzcampo y la fábrica de la tabacalera Altadis), ejemplos de arquitectura patrimonial que conserva el uso residencial (como el hotel Triana o el corral de la Encarnación), pabellones y edificios de la Exposición Iberoamericana de 1929 (como el hotel Alfonso XIII, el casino de la Exposición, los pabellones de Estados Unidos y de México y el Pabellón Real), arquitecturas ligadas a jardines históricos (como el costurero de la Reina, centros de trabajo del Jardín de las Delicias y de los jardines de Murillo), haciendas y cortijos (como las haciendas Miraflores y de El Rosario o, el cortijo de San Ildefonso), molinos (de Aljudea, de la Torre blanca y de San Juan de Teatinos), cárceles (la de Ranillas), edificios de la segunda mitad del siglo XX (como la comisaría de Policía de la Gavidia), mercados (como el del Postigo y de la Carne), otros edificios de carácter monumental (como los antiguos juzgados, las Casas Consistoriales o la Estación de Cádiz) y bienes ligados a cuerpos municipales (como el histórico parque de bomberos de San Bernardo).
El Plan Director de Patrimonio radiografía enteramente estos bienes arquitectónicos, estableciendo entre otros aspectos la urgencia de ser restaurados de muchos de ellos o de adecuarse a unas mínimas condiciones de consolidación, seguridad o salubridad. También responde a la necesidad de diagnosticar para cada uno de los edificios, su sistema de gestión, su actual estado de conservación y de adecuación a los usos corrientes y señala las actuaciones críticas pendientes de acometer.
Para la primera de sus fases, entre los años 2022-2025, están ya en marcha, programadas o en redacción proyectos de obras con una inversión estimada en 70 millones de euros, y a esta fase seguirán otras hasta 2030. Pero no solo se trata de obras, sino también de poner en valor el patrimonio. Así, además de concebirlo como un motor cultural, social y económico, se fomentará la innovación en patrimonio cultural en la ciudad contemporánea mediante la creación de un marco estable de cooperación con universidades, centros de investigación y empresas especializadas ubicados en Sevilla, al tiempo que tiene una vertiente de difusión del propio patrimonio.
Este documento señala que a partir de ahora se deben priorizar los usos socioculturales, culturales, de industrias creativas, museísticos o docentes. Es una hoja de ruta flexible, en la que también se apuesta por usos combinados. Para la consecución de estas líneas estratégicas, el documento recoge nueve programas de gestión que engloban a su vez un total de 30 acciones para el logro de los objetivos, y que incluyen desde la organización institucional hasta la digitalización de la gestión del patrimonio histórico municipal en tiempo real, pasando por la conservación, restauración y mantenimiento, la utilización y funcionalidad o las investigaciones arqueológicas.