El Ayuntamiento aplica un plan de protección de la arboleda de la Ronda de Tejares y la Barriada del Carmen afectada por el nuevo colector de Emasesa que ha incrementado en 1,5 millones su presupuesto

Tras la coordinación entre Emasesa, Parques y Jardines y Urbanismo y Distrito Triana, la afección a los árboles quedó reducida al mínimo al acometer cambios en el trazado y emplear georradar para localizar las raíces y desviar las obras, que darán paso a un gran bulevar en la Ronda de Tejares y supondrán reurbanizar parte de la Barriada del Carmen. “El objetivo era compatibilizar esta gran infraestructura hidráulica estratégica para la ciudad con la necesidad de conservar al máximo los centenares de árboles del trazado y conferir al proyecto final un diseño medioambiental, con más arboleda incluso, más plantas arbustivas, drenaje sostenible y áreas recreativas”, según destaca el delegado David Guevara.

El Ayuntamiento de Sevilla, en una actuación coordinada entre la empresa pública metropolitana de aguas Emasesa, el Área de Parques y Jardines de la Delegación de Transición Ecológica y Deportes, la Gerencia de Urbanismo y el Distrito Triana, ha implementado una serie de trabajos y aplicado la tecnología del georradar para así reducir al mínimo la afección a la arboleda en las obras del nuevo colector de la Ronda de Tejares, un proyecto que, con 9,86 millones de euros de presupuesto, es estratégico para evitar las inundaciones en los distritos Triana y Los Remedios y que sustituye al actual debido a su antigüedad. Este conjunto de iniciativas tenía como objetivo mantener al máximo la masa arbórea a lo largo de todo el trayecto de la nueva infraestructura (Ronda de Tejares y Barriada del Carmen) y condujo incluso a modificar el diseño inicialmente previsto, de manera que éste se vio incrementado en 1,5 millones de euros y en 7 meses adicionales de ejecución, hasta los 18 meses, tal y como ya se trasladó a los vecinos y las vecinas en distintas reuniones previas al comienzo de estas obras a primeros de marzo pasado.

El trazado tiene una extensa masa verde en el acerado contiguo al Muro de Defensa en la Ronda de Tejares, en el paseo peatonal que une ésta con Rubén Darío y en la calle San José de Calasanz en su acerado anexo a las viviendas. Dado que el colector actual en mal estado discurre paralelo al Muro de Defensa, la afección a los árboles era elevada, de ahí que el proyecto constructivo inicial se reformó para, teniendo en cuenta que es una infraestructura vital –que será completada posteriormente con un depósito de detención de aguas pluviales en terrenos ahora ocupados por los Viveros de Los Remedios, a la altura de la Barriada del Carmen, y que contará con otros casi 6 millones de euros de presupuesto–, las obras tuvieran el menor impacto posible al arbolado.

“El objetivo era compatibilizar esta gran infraestructura hidráulica con la necesidad de conservar al máximo los centenares de árboles de su trazado, en su mayoría compuesto por árboles de sombra, y conferir además al proyecto final un diseño medioambiental, con más arboleda incluso, más plantas arbustivas, un sistema de drenaje sostenible para el riego y áreas recreativas para los vecinos y las vecinas. En conjunto, un gran paseo verde en una iniciativa más del gobierno de la ciudad contra el cambio climático”, según ha explicado el delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara.

En primer lugar, se optó por construir el nuevo colector paralelo al antiguo, desplazándolo hacia la mitad de la ronda y evitando sacar el actual, que hubiera conllevado una afección aún superior a la arboleda, y todo ello en coordinación con la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla. Este cambio permitía anular la afección en más de doscientos ejemplares en el trazado que discurre a lo largo de la Ronda de Tejares.

En segundo lugar, se realizó un estudio con tecnología Tree Radar para constatar la presencia de raíces pertenecientes a los árboles de la calle San José de Calasanz y valorar el efecto que las obras de remodelación podrían tener sobre esos sistemas radiculares. Se trata de un georradar que permite detectar objetos debajo del suelo sin necesidad de realizar excavaciones u otros métodos invasivos como las catas y que está precisamente especializado en la localización de las raíces. Su software específico facilita la detección de raíces en el suelo a través de la concentración de agua. Además, esta tecnología permite rastrear otras estructuras, como tuberías, rocas, elementos metálicos, etcétera.

El estudio del suelo se realizó de manera lineal, escaneando con el radar la calle de forma paralela a la acera y en diversos tramos. En sus resultados, se observaron raíces en la práctica totalidad de los tramos analizados con diferencias en cuanto a su distribución. En general, se detectó una mayor densidad de las raíces en las proximidades al tronco del árbol y menor en los escáneres más alejados a los árboles.
Los resultados obtenidos en este estudio en cuanto a presencia de raíces, densidad y distribución, eran similares a otros estudios realizados en la ciudad de Sevilla para la misma especie de árboles, Melia azedarach. Aunque se observaron diferencias en los distintos tramos analizados, en general los valores de densidad radicular y de presencia de raíces se encuadraban en los parámetros considerados habituales.

En tercer lugar, se decidió modificar la traza del nuevo colector en la confluencia de las calles Rubén Darío, Arcángel San Gabriel-Alvar Núñez. En principio, discurría por una zona peatonal con arboleda junto a Rubén Darío, y se cambió por la calle Arcángel San Gabriel para anular la afección inicial al arbolado.

Y en cuarto lugar, se optó por maquinaria de menor dimensión para unas obras que cambiarán casi 2,5 kilómetros de tuberías que alcanzan en sus tramos principales hasta 3 metros de diámetros (grandes dimensiones que requieren una maquinaria especializada). La poda controlada del arbolado está permitiendo que la entada de la maquinaria sin que queden dañadas las ramas en sus movimientos de obra, al tiempo que todos los troncos de los árboles han quedado protegidos con tablones de madera.

Tras todos estos trabajos y medidas coordinadas, la afección final quedó reducida al apeo de 31 árboles –frente a los 272 afectados inicialmente–, situados 23 en la calle San José de Calasanz y 8 en la Ronda de Tejares. “No obstante, la reurbanización contemplada en todo el trazado del proyecto del nuevo colector en la Barriada del Carmen y la construcción en la Ronda de Tejares de un bulevar más habitable, más saludable y medioambientalmente sostenible llevarán aparejado un incremento en el número de ejemplares, cuyo número y variedades atenderá a los criterios de los técnicos del Servicio de Parques y Jardines”, según ha concluido David Guevara.