¿Conoces la diferencia entre una oruga de los prados y una procesionaria?
Como cada año, por estas fechas aparecen en parques y jardines y en sus zonas aledañas orugas comunes, propias del clima mediterráneo, que causas alarma entre la población por su enorme parecido con la oruga procesionaria, que se crían en los pinos y con incidencias para la salud de las personas e incluso graves para las mascotas. Te contamos cómo diferenciarlas.
LA ORUGA OCNOGYNA BAETICA
Qué es
La oruga Ocnogyna baetica, conocida comúnmente como oruga lagarta peluda u oruga de los prados, es una especie inocua y base alimentaria en el periodo invernal para la población ornitológica de Sevilla. Sus larvas son de los pocos alimentos puntuales disponibles para la fauna ornitológica de ciudad en época de frío. Además, se trata de un endemismo de Andalucía occidental característico de nuestra tierra y, por tanto, una especie que se debe preservar.
Para protegerse durante sus primeras etapas de desarrollo, esas larvas generan una especie de ‘tela de araña’ en los suelos de áreas herbáceas, de las que se van alimentando. Cuando crecen, salen de esta ‘telaraña’ y, por tanto, se pueden apreciar ya como orugas. Posteriormente, forman su crisálida (capullo) bajo la tierra, pasan en ella el verano y eclosionan como mariposa en otoño, iniciándose de nuevo el ciclo reproductor.
No es perjudicial ni para el hombre ni para los animales. Su apariencia peluda, sin embargo, hace que se confunda con la oruga procesionaria (Thaumetopoea pityocampa), pero son especies completamente distintas.
LA ORUGA THAUMETOPOEA PITYOCAMPA
Qué es
La oruga procesionaria es una plaga específica de pinos y otras coníferas y tan sólo donde existe este tipo de arboleda puede criarse y reproducirse.
Las hembras ponen los huevos en las acículas u hojas coníferas durante los meses de julio y agosto y mueren a las pocas horas pues no se alimentan. Un mes después nacen las larvas, que desarrollan pelos urticantes y crean su bolsón (parece también una tela de araña), que les sirven de resguardo en las noches y en los meses de invierno. Al final del invierno, las orugas que ya han completado su desarrollo larvario bajan en fila, una detrás de otra, (de ahí su nombre común de procesionarias) por el tronco del pino para buscar el lugar donde enterrarse y crisalidar. Esto ocurre de marzo a junio, justo el periodo en el que hay que extremar la precaución. Las mariposas emergen en verano, y de nuevo se inicia así el proceso reproductor.
DAÑOS DE LA PROCESIONARIA
El mayor peligro que origina la oruga procesionaria del pino se produce entre marzo y junio, es decir, cuando bajan del árbol. La bajada no se realiza individuo a individuo, sino que forman una fila de individuos (procesión). Por tanto, a simple vista ya existe una gran diferencia con respecto a la Ocnogyna baetica, pues esta última sí se desplaza sola.
Los pelos de la oruga procesionaria contienen una toxina denominada Thaumatopina, se desprenden como mecanismo de defensa y pueden causar urticarias a las personas y animales domésticos. En el caso de los animales domésticos, el contacto con órganos sensibles (nariz, lengua) puede incluso provocar necrosis en los mismos, y en caso de ingesta, incluso la muerte.
Junto con sus daños para la salud de personas y animales, la procesionaria del pino está considerada como el insecto defoliador más importante de los pinares españoles. Puede alimentarse de todas las especies del género Pinus y del género Cedrus, pero prefieren los pinos exóticos y, en especial, el Pinus nigra o Pino laricio. Las defoliaciones pueden llegar, en los años en los que las poblaciones son elevadas, a la totalidad de la masa foliar del árbol, aunque este no llega a morir.
RECOMENDACIONES FRENTE A LA PROCESIONARIA
Se recomienda evitar el contacto con las orugas de cualquier forma, pues la irritación es producida por el pelo urticante y un mínimo contacto con ellas hace que el pelo flote en el aire, se disperse y pueda alcanzarnos. Para ello es aconsejable acotar la zona y ponerse en contacto con el 112, teléfono de emergencia. Desde el teléfono de emergencia se comunicará la incidencia al departamento correspondiente: si se trata de un bolsón larvario, será el Servicio Municipal de Parques y Jardines, y si las orugas están bajando del árbol a la tierra o procesionando en fila a pie de tierra, será el Centro Municipal Zoosanitario el que actúe.
EL TRATAMIENTO MUNICIPAL PREVENTIVO
La oruga procesionaria está controlada por parte del Servicio de Parques y Jardines, un servicio que tiene inventariados todos los pinos de titularidad municipal, vigila periódicamente las poblaciones de procesionarias y realiza tratamientos preventivos mediante el método de la endoterapia (inyección en el tronco de una sustancia fitosanitaria que actúa contra la plaga con un bajo impacto ambiental y mínimo riesgo para las personas).
Este método, sobre todo en las zonas de vecinos y los colegios, asegura la integridad de las y los ciudadanos y de las y los niños al evitar deriva y uso de productos tóxicos durante la aplicación. Este tratamiento preventivo sobre los pinos de titularidad pública se realiza en otoño. En el caso de surgir alguna población no controlada –por ejemplo, en las arboledas recientemente por el Ayuntamiento de Sevilla–, la solución aplicada es una captura de las larvas durante su estancia en el bolsón creado en el pino afectado.
Otros métodos utilizados por el Zoosanitario Municipal para el control de la procesionaria son la instalación de trampas con feromonas sexuales de la hembra de la procesionaria del pino para impedir la fecundación de las hembras (de junio a septiembre) y fomentar las aves insectívoras, como el Carbonero y el Herrerillo, que son especialmente voraces contra orugas. Las hormigas, las avispas, el lirón careto, los murciélagos también son depredadores.